Ahora nadie fue. Frente a los desmanes ocurridos ayer en Cañete durante el paro convocado por la CGTP (daños a vehículos particulares; saqueo en los centros de abastos y tiendas; daño a la propiedad pública y privada y amedrentamiento a los que sí trabajaron) los principales dirigentes de los gremios participantes salieron a laverse las manos.
El primero en desmarcar fue Italo Maldonado representante de los transportistas quien reconoció los excesos ocurridos ayer pero dijo que él sólo controlaba a los choferes de combi y no a los mototaxistas y taxistas. Señaló que lo único que se hizo fue evitar que trabajen unidades para que se sienta la protesta. Las luchas son así y si el público no quería ser víctima de los desmanes debió quedarse en sus casas. Prometió sanción apenas se identifique a los responables.
Otro que salvo fue José Sánchez del gremio de profesores quien señaló que el enfrentamiento ocurrido en la Plaza de Armas de San Vicente fue producto de la rabiosa intervención de uno de los grupos del Gremio de Construcción Civil.
Finalmente, Mario Tapia señaló haber advertido a la policía nacional en la Panamericana Sur que un grupo de delincuentes quería infiltrarse al interior de sus agremiados y que en un primer momento lograron apartarlos. Sobre el saqueo en el Mercadillo prometió haber coordinado con los dirigentes del centro de abastos para salir públicamente a limpiar la imagen de su representada.
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