A pesar que canales poco convencionales filtraron a las redacciones periodísticas cañetanas que la protesta de los gremios agrícolas a nivel nacional se suspendía luego que el Congreso aprobara la nueva Ley de Recursos Hídricos, los hombres del campo de Cañete igual salieron a la calle para hacer escuchar su voz desde tempranas horas.
Decenas de agricultores tomando como punto de concentración la Plaza de Armas de San Vicente coreaban lemas como No a la Privatización del Agua; Fuera los Vende-Aguas; el Agua no se Vende, el Agua se Defiende, dirigiendo sus gritos sobretodo a la Municipalidad Provincial de Cañete.
El proyecto, que fuera votado y aprobado inicialmente el 15 de enero, mediante movidas de la célula aprista, no llegó a ser exonerado de una segunda votación alegando que sería la Comisión Permanente quien la revisaría, pues la legislatura
2008-2009 entraba en receso hasta el 15 de marzo.
Pero lo que en un primer momento se pensó era sólo una estrategia para demorar la decisión luego se develó como una trama para cambiar el espíritu de la ley por ejemplo en la composición del Cuerpo Directivo de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) donde predominaría la desición del Gobierno Central (las regiones, municipalidades rurales, usuarios y comunidades campesinas quedarían en minoría); se abría la posibilidad de entregar la administración a manos privadas sea en cuanto a operatividad y mantenimiento- lo que facultaría a represas como la de El Platanal a implantar tarifas por la obra-, lo que al final fue desestimado.
Pero lo más grave del asunto es que de manera alguna se dio pase al tema del Canón Hídrico que no era otra cosa que obligar a las mineras a pagar por el uso del agua que usan - y contaminan-.
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