5/01/2009

TRAFA EN ADQUISICION DE ALIMENTOS PARA PRESOS CAÑETANOS Y OTROS DE LIMA

Por: Alfredo Alí Alava Uni de Investigación EL COMERCIO

La representante legal de dos empresas que proveen raciones al Instituto Nacional Penitenciario (INPE) para la alimentación de los presos no tiene pierde. Si no gana con una de ellas, Comercial Tres Estrellas S.A., pues lo hace con la otra, Negociaciones Harol’s E.I.R. Así de simple y de fácil. Su nombre es Berta Haydee Adauto Quispe.

El asunto toma visos de escándalo al comprobarse que, en cuatro de los últimos seis procesos de adjudicación exonerados del correspondiente concurso, ambas empresas resultaron favorecidas por los comités especiales del INPE al ser designadas, a dedo, proveedoras, sin ser sometidas a una sana competencia con otras.

Ya en enero de este año, en una convocatoria exonerada del proceso de selección, Negociaciones Harol’s E.I.R. había sido beneficiada para proveer de alimentos a los 10 mil presos del penal de Lurigancho por 77 días.

Y en un caso más reciente, a mediados de abril, Comercial Tres Estrellas resultó designada, también a dedo, por los comités especiales del INPE en tres de los cinco procesos exonerados para proveer de alimentos, durante 53 días, a los penales de Lurigancho (Lima), Cachiche (Ica) y Cañete.

En todos los casos, el argumento central esgrimido por el INPE para otorgar la buena pro a dedo ha sido el “desabastecimiento inminente” en los penales.

MALOS ANTECEDENTES
Lo raro es que la buena estrella para adjudicarse los concursos del INPE acompaña desde hace años a la señora Berta Haydee Adauto Quispe, pese a los negativos antecedentes de una de sus empresas. En uno de los procesos —el de enero de este año—, el INPE declaró ganadora a Negociaciones Harol’s, a pesar de que la jefa de la región Lima de esa entidad, Bertha Chacaltana, conocía que sus representantes (que son los mismos de Tres Estrellas) habían presentado un documento presuntamente falso en un caso anterior .

Es decir, no obstante ese antecedente, no solo se le permitió participar en un supersónico proceso, que se resolvió en 80 minutos, sino que, como consecuencia de ello, se le otorgó la buena pro para proveer alimentos en Lurigancho por S/.3’657.808.

Ese acto, convocado como ya se ha dicho por el INPE, habría nacido salpicado de sospechosas irregularidades, según una serie de indicios y documentos que obran en nuestro poder.

En primer lugar, fue exonerado del proceso de selección a pesar de que el monto (S/.3’657.808) exigía, en situaciones normales, un concurso público amplio y transparente.

Bajo el argumento de que existía la amenaza de un “desabastecimiento inminente” de alimentos, la presidencia del INPE de entonces autorizó realizar una compra directa y exonerada del proceso de selección.

“En el INPE se conoce cuántos presos tiene Lurigancho, cuántas raciones consumen diariamente, qué componentes debe tener cada ración y otras particularidades totalmente predecibles. Por lo tanto, salvo que haya una hecatombe, una mortandad, una epidemia, un desastre o una catástrofe, la administración sabe qué se debe comprar, cuándo y cuánto”, dijo un funcionario que estuvo al tanto de ese concurso, pero que pidió la reserva de su nombre.

En esa oportunidad, como justificación, se argumentó que en pleno proceso de selección normal (a fines del 2008), el Gobierno Central aprobó un incremento del presupuesto para las raciones. Y adicionalmente los postores presentaron algunas objeciones que demoraron varios días en ser resueltas por el Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado (OSCE). Entonces, como la programación se alteró, al INPE no le quedó más remedio que declarar la exoneración para comprar en forma directa y designar a Negociaciones Harol’s proveedora por dos meses y medio.

EN LA DUDA
Aquí, sin embargo, es preciso hacer una observación. Aunque la ley autoriza a invitar a un solo proveedor, nada le impedía a la entidad estatal designar al más idóneo y, sobre todo, a uno cuyos representantes legales estuviesen exentos de denuncias documentadas o sujetas a un proceso sancionador en curso, como el que existe en el OSCE contra Comercial Tres Estrellas, la empresa hermana de Negociaciones Harol’s. El caso, extrañamente, aún no se resuelve.

Asimismo, pese a esa mala experiencia de plazos que rebasaron las programaciones, el INPE, al parecer, no acusó recibo. Nuevamente ha vuelto a las andadas al designar a dedo, por “desabastecimiento inminente”, a los nuevos proveedores de los penales de Lurigancho, Piedras Gordas y Castro Castro (Lima), Cachiche (Ica) y el penal de Cañete.

Y como si esto no bastara para cuestionar este nuevo proceso, otra vez aparece en el firmamento la buena estrella que ilumina a Berta Haydee Adauto Quispe. En Lurigancho, Cachiche y Cañete, reiteramos, su empresa Comercial Tres Estrellas ha sido designada a dedo por los comités especiales del INPE.

SE DEBE INVESTIGAR
¿Por qué la burocracia del INPE no tomó las previsiones del caso para evitar esta nueva exoneración? La ley dice que no se deben autorizar exoneraciones consecutivas y que, si esto ocurriera, los jefes de las entidades están obligados a investigar qué pasó en esos casos. (Art. 129 del Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado).

Como se sabe, una designación a dedo se presta, muchas veces, para favoritismos detrás de los cuales no se descartan componendas. Y en estos procesos hay dudas y nubarrones que deberían ser aclarados y resueltos por el nuevo presidente del INPE, Jorge León Ballén, cuya gestión se inició el 18 de febrero de este año.

Funcionaria conocía la denuncia contra Tres Estrellas
La jefa de la región Lima del Inpe, Bertha Chacaltana, sabía que Comercial Tres Estrellas, la empresa gemela de Negociaciones Harol’s, había sido cuestionada por presentar documentos aparentemente falsos en una licitación del 2006 convocada, precisamente, por esa entidad.

Así quedó establecido en el Oficio 510-2008 que la propia Chacaltana remitió al OSCE, para poner en consideración documentos e investigaciones que determinaron la presunta responsabilidad de esa empresa.

De hecho, Chacaltana, como abogada que es, sabe que no son las empresas las que cometen actos ilícitos o irregularidades, sino las personas que las manejan.


Y en este caso, Berta Hay-dee Adauto Quispe era la que aparecía en documentos de los Registros Públicos como titular-gerenta de Negociaciones Harol’s (hasta noviembre del 2008) y, además, como presidenta del directorio y gerenta general de Comercial Tres Estrellas (hasta hoy).

Cuando ocurrió el caso del documento falso (un certificado donde se adulteró la experiencia laboral del nutricionista Rosendo Olivares), la señora Adauto era prominente miembro de Negociaciones Harol’s, aunque haya renunciado luego, en el papel, a favor de José Gabriel Andía Niño de Guzmán.

Olivares, sin embargo, no es un desconocido en ambas empresas, pues forma parte de la plana de ejecutivos de Comercial Tres Estrellas, según Registros Públicos, y hoy es gerente de Negociaciones Harol’s. Como se ve, la relación es bastante estrecha entre él, Adauto Quispe y las compañías.

*SEPA MÁS
Nadie controla la paila*
El INPE no estaría cumpliendo su deber de cautelar las bases en lo que respecta a la provisión de alimentos para los internos de Lurigancho, al aceptar que el proveedor de turno entregue alimentos crudos y no preparados, como es su obligación.

Según información obtenida por El Comercio, los proveedores entregan a los presos alimentos sin preparar, lo que contraviene las bases. Y lo hacen con la complacencia de las autoridades penitenciarias.

Los alimentos crudos ingresan por la puerta principal, aproximadamente a las 9 de la mañana (cuatro veces por semana), y son llevados al almacén. Allí, bajo la atenta mirada de funcionarios penitenciarios, el proveedor los entrega a los delegados generales del penal.

Estos los reparten a los delegados de los 21 pabellones, quienes los llevan para ser preparados en el interior de cada pabellón y luego se distribuyen las raciones a través de la denominada paila. Los cocineros son los mismos reclusos.

Como es de suponer, bajo esta modalidad nadie en el INPE supervisa que las raciones tengan la cantidad de calorías, proteínas, carbohidratos, etcétera, que las bases exigen al proveedor. Es más, con esta misma modalidad el tráfico de alimentos es factible.
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

no entiendo cual es el problema, lo que importa es que esta empresa esta distribuyendo las raciones correspondiente a los penales cumpliendo con los contratos establecidos no se trata de favoritismo sino de calidad.
Me parece absurdo que las empresas envidiosas no dejen prosperar a los otros y siempre reine la envidia trabajen y no jodan

Anónimo dijo...

TAMBIEN NO ENTIENDO POR QUE TANTA ENVIDIA A COMERTESA, ELLOS TRABAJN POR LA LEGAL, Y EOS A MI CONSTA Y COMERCIAL TRES ESTRELLAS ES LA MEJOR EMPRESA QUE PROVEE A LOS PENALES A COMPARACION E OTRAS..... COMERTESA ES LA MEJOR Y DA BUENA ALIMENTACION, Y QUE DECIR SI CUENTA CON BUENOS PROFESIONALES.

Anónimo dijo...

vaya uds dos par de tarados a preguntarle a los internos si reciben su racion diaria de acuerdo al contrato establecido, uds trabajan en esa empresa, eso es lo que pienso