Como se esperaba, el presidente de la República, Alan García Perez, en su discurso presidencial 2008 puso el parche a la grave crísis económica que se cierne sobre cada uno de los hogares peruanos. El mandatario responsabilizó la galopante inflación no sólo a los sobregastos que acarrearon desgracias como la del terremoto del 15 de agosto del 2007 y el friaje en la zona andina sino sobretodo a la escazes de alimentos en el mundo ante el macabro boom del etanol.La provincia estuvo presente en más de una oportunidad en el mensaje presidencial. El momento más espinoso fue cuando nombró que en la zona afectada por el sismo (Cañete, Chincha, Pisco e Ica) su Gobierno entregó ya 19,400 bonos de 6 mil soles cada uno (unos 115 millones de soles); además de haberse iniciado obras en 18 colegios a inaugurarse en la primera quincena de agosto; 3 hospitales de emergencia; obras de saneamiento y la transferencia a municipios de 704 millones de soles.
Una de dos: o Alan se hizo de la vista gorda ante la masiva protesta de los damnificados que todavía no reciben la ayuda estatal o sus gobernadores cañetanos le están pintando pajaritos.
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