Mientras que en horas de la tarde el presidente de la república, Alan García, reconocia que en la protesta de hoy "hay un fondo de queja y de insatisfacción tal vez en el 60% de la población que con todo derecho exige que se haga algo más” y prometia que su Gobierno no haría oídos sordos a los reclamos; en Cañete nuestras siempre desubicadas autoridades balbuceaban medrosos contra la paralización.
El presidente regional, Nelson Chui señalaba: “Soy respetuoso del derecho a la protesta, pero cualquier paralización nacional en estos momentos no conduce a nada y porque no beneficia a nadie. El costo es muy alto y sólo perjudica al país y a cada uno de los peruanos”.
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