El incomodo director de EMAPA CAÑETE, Lázaro Vicente Yactayo, explicó que sin mayor dilación la presidencia del directorio le curso una carta donde le comunicaban su cambio de acuerdo a lo dispuesto por el Colegio del Ingenieros del Perú - CIP. Confirmó que fue el Directorio de la empresa quien acusándolo de inconducta funcional propició su salida.
Vicente dejó entrever que el directorio habría fraguado el acta Nro. 000319 que fue enviada al CIP donde se aprecia la ausencia de su firma y una anotación de fecha 16/09/08 del secretario del Directorio, el gerente general Rusell Flores Lozano, quien corrobora que el director se negó a estampar su rúbrica en la misma. Esa queja habría sido la causal de su salida.
El hasta hoy representante del CIP ante la empresa de saneamiento señala que la verdadera acta que sí firmó tenía una observación suya donde aclaraba que su retiro de una sesión anterior no fue intempestiva, como fue asentada, sino que se le consultó al presidente si no había otro punto a tratar y ante la aquisencia de éste se retiró.
¿Y qué había pasado en esa bendita reunión? Pues nada menos que una acalorada discusión donde dice Lázaro Vicente acusaba a sus colegas por no pronunciarse ante el escándalo sucitado al conocerse que para hacerse de la obra reparación de la Galería filtrante de Compradores (San Luis) la empresa contratista había sobornado al propio presidente del Directorio, Espinoza de Tomás.
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