El asesor legal de la Beneficencia Pública salió a rematar faena definiendo en qué gestiones se habrían perdido la mayoría de las propiedades que tenía dicha institución.
En el año 2000, durante la gestión de Cesarina Vera Gonzáles del Valle en El Peruano se publicó una relación de predios que, en base a la ley 26650, serían inscritos ante registro público a favor de la entidad benéfica. Entre ellos figuraban predios de San Vicente (Av. 9 de Diciembre, Santa Rosalía); Lunahuaná (sobretodo en el anexo Condoray: Casa Huerta 711 m2, Olivo Derecho y Olivo Izquierdo con 6 has cada uno, Ayaucan y la Guerrera) y Zúñiga (8 has). Sin embargo, inexplicablemente, según Maldonado, el proceso no se llegó a culminar.
Ello habría ocasionado que un año después uno de los predios ubicados en Lunahuaná fuera inscrito a favor de particulares y no hace mucho vendido al proyecto El Platanal. Similar caso ocurrió con otro terreno vendido a Cementos Lima el 2005 por Regina Peves a un costo de 100 mil nuevos soles.
Lo peor del caso es que el sucesor de Vera, Marcos Ignacio Ibáñez, también habría sido alertado de la perdida de terrenos (existen comunicaciones de advertencia en los archivos de la entidad según el hombre de confianza de Candioti) pero tampoco se hizo nada.
¿Tendrá algo que ver que los dos ex presidentes sean de Lunahuaná?
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