Cientos acostumbran recibir el nuevo año con la alegría tribal de estar entre amigos y tumbarse en la arena y oler a sal y a leño quemado. Pero no en todos los balnearios se permite acampar. Y es mejor informarse de antemano que darse media vuelta con los fierros de la carpa a cuestas. Si ha decidido acampar y le gustan las playas del sur, cargue combustible suficiente para llegar hasta la provincia de Cañete. A excepción del distrito de Lurín, donde las carpas sí son bienvenidas, en ningún balneario del circuito sur de Lima Metropolitana están autorizados los campamentos.
En cambio, si uno visita la página web de la Municipalidad de San Antonio, en Cañete, distrito al que pertenecen La Ensenada y León Dormido, confirmará que allí se alienta la llegada de campamentos: son playas limpias y bellas que cuentan con estacionamiento vigilado, servicios higiénicos, venta de comida y alquiler de carpas, se lee.Mientras tanto, el alcalde de Asia, Armando García, informa que al sur de Playa Blanca, donde se ubican los condominios exclusivos, se extiende la llamada "playa pública", que tiene capacidad para 3.000 veraneantes y donde se puede acampar. En ese lugar funcionan restaurantes y se cobra diez soles por 24 horas de parqueo, explica. También en Asia quedan Pasamayito y Sarapampa, donde no hay restricciones para los campistas. La municipalidad distrital no va a cobrar por la instalación de carpas allí, pero García aclara que el año pasado la Comunidad Campesina de Asia efectuó cobros en Sarapampa por su cuenta: ignora si pretende volver a hacerlo.
Cerro Azul tiene una ordenanza que regula los campamentos, señala su alcaldesa Juana Raspa. Quien desee pasar una noche en alguna de sus playas --por ejemplo, en Los Lobos-- deberá pagar cinco soles por carpa y dejar su auto, por lo menos, a 250 metros de la orilla. Cerro Azul cuenta con restaurantes, juegos para niños y baños públicos, subraya la alcaldesa.
TOMADO DE EL COMERCIO
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