3/07/2012

SALE A LA LUZ ANTOLOGIA POETICA CAÑETANA: TERRITORIO HUARCO


Una antología implica riesgos. El lector -convencional, estudiante, profesional o especializado en materia literaria- podrá cuestionar el proceso de selección, puesto que no existen criterios que permitan razonar con objetividad los diversos motivos que llevan a un texto ser considerado antologable. Todos lo sabemos...: una antología supone cierta arbitrariedad.

Entre otras, la característica esencial que sostiene este proceso de selección, y que lo hace ciertamente riguroso, es el reconocimiento de los autores en determinados espacios culturales, y a ello, se puede sumar el camino sostenido de actividad creativa – llámese plaquetas, revistas, libros- que revelan no sólo constancia; revelan sobre todo, búsqueda de propuestas novedosas, sin caer en las demandas de las modas literarias.

Por mucho tiempo, Enrique Verástegui, fue el único protagonista de la manifestación literaria en esta provincia. Y si a eso se adjunta la poca aproximación a su obra en los centros de formación –básicos y superiores -, se da por descontado que la gran mayoría de cañetanos desconoce una tradición literaria de su pueblo. Si bien el autor de En los Extramuros del mundo, es uno de los poetas capitales del Perú Contemporáneo, y también uno de los más influyentes en los jóvenes creadores de hoy, su trascendencia e influencia es casi nula en los poetas de esta selección. La apertura de los medios digitales, la interacción con poetas y creadores de otras latitudes, han cambiado las percepciones y lenguajes poéticos que, a estas alturas, están alejados de propuestas trasnochadas (nos referimos con este último dato, a la poesía patriotera o regionalista que se da en muchos lugares de la provincia, no aludimos a Verástegui).

I
La poesía actual cañetana está desligada del universo verasteguiano, salvo Iván Ferrini (autor de la plaqueta Poemas de amor: entre arrecifes de una Atlántida moderna que coge algunos elementos como la crudeza de la vida callejera, el lenguaje callejero) los demás tienen influencias variadas. Puede llamar la atención que, referentes como la cultura afroperuana, tan enraizadas en estas tierras, no sea motivo de influencia como es el caso en la narrativa de Gálvez Ronceros en Chincha, como volvemos a las influencias, los creadores están más cercanos a Jaime Sabines, Nicanor Parra, Blanca Varela, Octavio Paz, entre otros, así mismo, a las fuentes visuales . De la naturaleza geográfica, sin duda, es el mar de Cerro Azul el que nutre de manera vigorosa, ya sea como metáfora del amor, como metáfora de los inciertos caminos del hombre o, simplemente como belleza de sus atardeceres. Aquel influjo es notable en la propuesta de José Luis Walter Ruiz Meza.

Esta antología, es, más allá de falsas modestias, además, un punto obligatorio para entender el proceso de la poética femenina (a quienes, las denominaban poetisas, en algunos casos y, menos mal, con menos frecuencia) del que poco se sabía antes. Ya no es la poesía de la mujer aplastada por la sociedad machista, no, es Poesía de La mujer en contextos más amplios que tiene trasfondo universal y, por tanto, filosófico. En el caso de Carmen Flores, asistimos a versos sin artificios que nublarían sus propósitos. Su poesía está más cerca de la sentencia que del concepto superficial. Así mismo, reflexiona sobre la condición del poeta, con aliento metafísico. Se perciben influjos del autor de Los hijos del limo. La tradición poética en occidente está marcada por su vitalismo que coquetea entre el escepticismo y el verso redondo (pienso en Södergran, Pizarnik, Plath), típicos temas del siglo anterior, y si a ellos sumamos la propuesta filosófica de Blanca Varela, es natural pensar que, una artista como Thalía Tumes esté inserta en esa vena. Los textos seleccionados están formados por palabras labradas y el fraseo contundente. Sus descripciones transitan entre lo minimal, lo fantástico y lo cotidiano. El poema Papá es una metáfora sobre el curso del tiempo y los cambios vitales en la concepción de la vida; se percibe un aliento filosófico y psicológico.
En esta línea, con aportes más en el campo de la fábula, la descripción y la sentencia a su vez que transpositivas, se encuentra la poesía de Roció López Luna. Sus versos cortos, entre la sensación del dialogo y la sugerencia narrativa, muestra nuevos aires a nuestro primer intento de antología.

El amor, fantasma de mil batallas incompletas, sin tregua posible e inasible es celebrado en el discurso de Diana Benites, con acierto, describe las múltiples posibilidades amatorias que, sus versos, tienen en la piel su más grande abanderada.
A diferencia de la anterior, la poesía de Flor Moreyra Pérez tiene en el amor un asunto más intimista y, también, la necesidad de presencia. En ese propósito, la poeta recurre a las simbolizaciones del color como el azul y el celeste para sugerir lo diáfano. Y su poética es así, de marcada sentimentalidad que, felizmente, no cae en las cursilerías. Pues sabemos que el tema del amor, por su abordamiento, es un campo minado del que la autora de Puerto 26, sale bien librada.

II
Las poblaciones contemporáneas se han integrado de manera no integrada. La paradoja existe. La actual identidad cañetana es la suma de identidades. No es la cultura afroperuana la que tiene mayor peso. El fenómeno de la migración modificó de manera notable el mapa social hasta convertir nuestra provincia, como muchas otras, en punto de encuentro de los errantes permanentes. Pero el progreso no se ha consolidado aún. El símbolo de ese proceso es la ruina del mercado municipal. Su caída a plazos es la señal del desencanto y la incapacidad administrativa (debes entender, lector, que, si pretendemos dejar el primer testimonio de una antología, debe quedar también un testimonio de lo que es. Un niño del año 2021, debe saber que aquel lugar fue escombro) de tantos mercaderes burocráticos. A qué viene este asunto de la diáspora social. En la poesía de César Chambergo Rojas hay elementos maduros de un universo netamente costeño que se encuentra representado en la imaginaria Ciudad de la Bahía. Su obra oscila entre sus recuerdos andinos y los influjos del surrealismo de Octavio Paz. Aquel desencanto de la ciudad de San Vicente, visto por un foráneo, no sólo fue motivo para la invención de Su Ciudad Personal, sino que, además, es duramente cuestionada por la poesía de Iván Ferrini (Ciudad Flotante) cuya voz autodidacta, suena aun más conmovedor todavía. La ciudad, el fantasma que nunca duerme, nunca ama, nunca se avergüenza, es testimoniado en su cara paralela (las madrugadas) por Erick Sarmiento. Su obra que es una especie de crónica poética, está impregnada de un lenguaje vivencial con atisbos de poesía pura. Es un autor de Poemas, pues los versos de manera independiente sugieren posibilidades. Erick Sarmiento replantea la estética esquiva de la ciudad, en cambio, Iván Ferrini es un poeta de imágenes sugestivas, de universo caótico, de rituales desesperanzados.
El poeta Ronald Castillo, introductor en nuestra tradición de personajes muy enraizados en nuestra cultura religiosa, propone un escepticismo, producto de la crisis de occidente. Cuestiona las tradiciones a partir de personajes que “simbolizan” el mal; sin embargo, esa experiencia sombría nos revela las profundas oscuridades que imponen las convenciones sociales. Por su parte, Rodrigo Luyo, escribe versos que son torrentes, poemas largos que no otorgan concesión. No hay tregua. Las imágenes gritan desde las venas.

Lo onírico, la parábola y el misticismo son los elementos que Manuel Portugal alude con una visión de una fe en poesía. Poesía como forma de redención y de símbolo. Su lectura es un homenaje al eterno peregrinaje intelectual. En cambio, Juan Carlos Guerrero, más cercano al pensamiento de Cioran, plantea una poesía marcada por el existencialismo y el nihilismo, condicionado por la dureza de la suerte del hombre, condicionado también, por la necesidad de existir, cuya insurrección es la poesía como resistencia; la creación de un lenguaje bello, como paliativo a las circunstancias .

III
Esta breve introducción, aclaramos, no pretende ser totalizadora. Nuestra pretensión, si bien ambiciosa, busca mencionar los más representativos de este periodo que, en verdad, abarca muchos periodos.

La poesía cañetana actual, es disímil. Qué mejor aún. En ella nos reconocemos. Una vez más, la cultura muestra sus signos de río eterno, a diferencia de la política que, a pesar de los años, busca su unidad, su discurso entre los escombros del mercado y las máscaras eternas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

FELICITACIONES POETAS DE MI PUEBLO... DIOS HAGA QUE SUS MENTES SE SIGAN INUNDANDO DE IDEAS E IMAGENES TRASCENDENTES QUE GUIEN EL PENSAMIENTO DE LAS NUEVAS GENERACIONES DENTRO DE UN PERFIL DE ETICA A SI MISMO, RESPETO A LOS DEMAS Y AMOR A LO QUE EL HOMBRE PRODUCE PARA SOLAZ DE SU ESPIRITU... UN ABRAZO DE ANTONIO RUIZ TOVAR QUIEN ABRE EL COMENTARIO COMO UN ANONIMO...