6/04/2009

FELIZ DIA DE LA CULTURA AFROPERUANA EN CAÑETE

Por: Eduardo Campos Yataco

La cultura afroperuana es el conjunto de todas las formas y expresiones, que incluye costumbres, prácticas, códigos, y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias, pertenecientes a los descendientes de las diversas etnias africanas que llegaron a nuestro país.

La cultura Afroperuana celebra su día desde el 2006, recordando el natalicio de uno de los personajes afroperuanos más célebres: Nicomedes Santa Cruz. En esta fecha, se rinde un justo homenaje a este conjunto de elementos que, a pesar del trato inhumano que pasaron sus promotores, logró sobrevivir y llegar a consolidar nuestra identidad nacional. Estos elementos surgieron a través del tiempo en aquellos lugares donde se concentraba esta etnia: Yapatera, Zaña, Lima, y Cañete.

La gente negra de Cañete sentó su presencia en la parte baja de los valles de Mala (Bujama Baja), Cañete (San Luis) y Chincha (cabe recordar que Chincha perteneció a Cañete hasta 1855). En el distrito de San Luis, la etnia negra pobló las zonas de San Luis, Arona, Casablanca, La Quebrada, San Benito, Santa Bárbara, La Huaca y otras haciendas aledañas.


Los esclavos dejaron una cultura llena de historia y tradición, convirtiendo a Cañete en uno de los centros de la etnia negra en el Perú. Es por eso que en la época del “renacimiento” del Arte Negro Nacional, en las décadas de 1950 y 1960, Cañete fue un elemento clave en el trabajo del rescate de tradiciones negras. Bailes como el Festejo, el Ingá, el Toro mata, o canciones como A Saca Camote con el Pie o Yo tengo dos papás, rescatados por Ronaldo Campos y Caitro Soto entre otros, son algunos aportes de nuestro querido pueblo de San Luis a este resurgimiento de la cultura afroperuana, y son hoy en día parte medular de la identidad nacional.

Las celebraciones de los Festivales de Arte Negro, convierten a Cañete desde 1971 en la Capital del Folklore Afroperuano, al consolidarse como sede indiscutible del ritmo y festejo a nivel nacional. Canciones como Negrito Chinchiví y La Carimba salieron de este Festival. A flor de piel se descubren endemoniadas mulatas que renovaron y renovarán la sangre de Perú Negro y otras agrupaciones. Destacaron Martha Bravo, Zoila Montedoro, Esperanza Campos, Zelmira Aguilar, Alejandra Ambukka, Teresa Palomino, Pilar Guerra, Ana Soto Mendoza, entre otras.

En las cocinas cañetanas se crearon platos que, luego se sirvieron triunfalmente en todas las mesas del país, como la Sopaseca, la Carapulca, el Frijol Colado y el popular Turrón de Doña Pepa.

En los deportes tenemos innumerables exponentes como Héctor Chumpitaz, Rafael Asca, Aida Reyna, Adelfo Magallanes, Rudolfo y Emperatriz Manzo, José Velásquez, Renzo Benavides y Germán Carty, por citar a los más populares.

Asimismo Cañete no sólo es baile, comida y deportes; es también cuna del connotado poeta Enrique Verástegui y del compositor Emilio Peláez Montero.

Y es que, la etnia negra ha contribuido largamente a la definición de la peruanidad. Su aporte costumbrista, folclórico y lingüístico es amplio e insustituible.

No puedo concluir sin mencionar a aquella celebración que hizo que naciera en mí un gran interés sobre esta cultura, y que muy pocas personas le han tomado atención: la procesión del Santo Sepulcro de San Luis de Cañete. Realmente, me emocionó el significado intensamente tangible de esta ceremonia para los moradores de San Luis. Ya sea que las manifestaciones culturales mantenidas por la fiesta guardaran o no algún legado africano demostrable, lo cierto es que este acto es uno de los pocos acontecimientos que congrega a personas de ascendencia africana en Cañete para rememorar un hábito cultural y un sistema de creencias compartidos que sobreviven en el Perú. A pesar de la incompatibilidad entre sus raíces multiculturales, la celebración del Viernes Santo es todavía un aspecto valioso de la identidad de los actuales afroperuanos de San Luis de Cañete, más allá de otras celebraciones de interés turístico.

Por eso Cañete es muy amplio, con un pasado imborrable y un presente promisor. Por eso vive su cultura afro y siempre tendrá su reina negra, bella y cimbreante, como esta tierra generosa.

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