3/27/2012
NADA NI NADIE PARA A LOS CAÑETANOS, INVIDENTES INGRESAN A SAN MARCOS
LUIS SILVA NOLE
El Comercio
El cañetano Jhon Flores Zapata tiene hoy 17 años. Hace siete, cuando apenas estaba adoptando velocidad al leer, un desprendimiento de retina lo cegó para siempre. Pero eso no impidió que el fin de semana pasado se convirtiera en uno de los cinco jóvenes con discapacidad visual que aprobaron el examen de admisión de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).
Jhon estudiará Derecho. Los otros jóvenes con ceguera total y baja visión que acaban de ingresar a la decana de América son Rony Estrada Ramírez (16 años; va a Educación), Ana García Moreno (21; estudiará Comunicación Social), Fraunsuath Yacila Rocha (19; opta por Ciencia Política) y Jenniffer Mamani Cheje (16; va a Comunicación Social).
“Hemos demostrado que somos tan capaces como cualquiera”, expresa Jhon a El Comercio.
“Me preocupa que en la universidad no haya libros en braille. Además, espero que se cuente con el sistema Jaws – que convierte en audio los textos de las pantallas de las computadoras– en muchos ambientes”, refiere Ana, de baja visión, quien, junto a Rony, Jenniffer y Jhon, estudió en el colegio Luis Braille de Comas y en la academia Saco Oliveros.
El artículo 26 de la Ley 27050 o Ley General de la Persona con Discapacidad dice que las universidades públicas y privadas deben reservar un 5% de vacantes para personas con discapacidad en sus exámenes de admisión.
César Orrego Espinoza, jefe de la Oficina Central de Admisión de la San Marcos, informa que, en este último examen, se establecieron 300 vacantes para personas con algún tipo de discapacidad.
“Un profesor le leyó las preguntas y las alternativas de respuesta a cada postulante con discapacidad visual”, indica Orrego.
Por su parte, Rubén Goicochea Huari, alumno invidente de Sociología en San Marcos y ocupante de la residencia universitaria, dice que no quiere un trato especial, solo condiciones para el estudio. “Se necesitan más terminales con el sistema Jaws. Los compañeros te ayudan, pero muchos profesores no. Falta capacitarlos”, reclama Rubén.
eso es inclusion social
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