1/30/2012

CHILCA GENERARA 50% DE LA ELECTRICIDAD QUE REQUIERE EL PERU

EL COMERCIO.- A la hora del almuerzo en Chilca es difícil encontrar un restaurante con una mesa vacía, las calles del distrito están llenas de trabajadores de cascos naranjas y guardapolvos azules. Los vecinos dicen que nunca vieron este movimiento y conviven con él. Esta ola de trabajadores responde a una sencilla razón: en Chilca se están construyendo y ampliando las centrales termoeléctricas que proveen de energía al país, se trata de inversiones de alrededor de US$2.000 millones en cinco plantas.

Estas termoeléctricas, que funcionan a partir del gas natural de Camisea, proveerán en un par de años cerca del 50% de la demanda de energía del Perú (alrededor de 3.100 megavatios). Esta potencia se concentrará en este distrito del sur de Lima que se perfila como el primer nodo energético del país. Se estima que hay en Chilca cerca de doce mil trabajadores construyendo estas plantas.

El especialista energético Klaus Huys, explica que Chilca fue elegida por las empresas por tener varias condiciones: se encuentra cerca a la zona de mayor demanda (Lima), está próxima al gasoducto de Camisea y sobre todo porque es un área con disponibilidad de terrenos. La presencia de las termoeléctricas está haciendo de Chilca una zona industrial y dejando su condición de área rural.

El precio de los terrenos ha aumentado considerablemente: un metro cuadrado cuesta en promedio US$30 cuando hace apenas cinco años estaba en 2 soles.

La construcción de estas plantas de energía se empezó a gestar desde el 2005. Inicialmente la empresa Egechilca adquirió un terreno cerca a la playa La Yaya apuntando a construir una planta pero no logró su objetivo.

Enersur (de propiedad del grupo GDF-Suez), por su parte, empezó a construir su planta de ciclo simple en la zona oeste del distrito, meses después lo haría Kallpa Generación (de Inkía Energy). Hoy, estas dos empresas se han embarcado en la construcción de una turbina de ciclo combinado (uso del vapor para generar más energía) que hará más eficiente su producción con el mismo volumen de gas natural.

En el 2010 se les unió Duke Energy, construyendo una turbina, y este año empezará a operar Fénix Power –que adquirió el proyecto de Egechilca hace tres años– que construye dos turbinas de gas y una de ciclo combinado (que funcionará a vapor).

OTRO PUEBLO
William Niquén Castillo, gerente de desarrollo urbano de la Municipalidad de Chilca, señala que las cosas han cambiado en el distrito, empezando desde el presupuesto municipal. En el 2001 Chilca solo manejaba un presupuesto de S/.550 mil y hoy está en S/.9 millones por el canon energético. Una vez que empiecen a operar los ciclos combinados que hoy se construyen e ingrese el quinto operador: Termochilca, crecerá más.

Igualmente, la población aumentó. Niquén considera que hoy el distrito está habitado por 25.000 personas cuando hasta hace ocho años apenas había 10.000.

Pese a que las termoeléctricas han sido parte de este cambio, su construcción no ha sido sencilla. La población de Chilca ha presionado para que se emplee mano de obra local en la construcción de las plantas y en el caso de la planta de Fénix, organizaciones de la zona de las Salinas se opusieron a su construcción por considerar que este proyecto tenía un fuerte impacto ambiental y visual.

El proyecto está a 200 metros de la playa La Yaya. Según indica el gerente general de Fénix Power, Ernesto Córdova, esta ubicación responde a la necesidad de su planta de obtener grandes volúmenes de agua para refrigerar su turbina del ciclo combinado.

Fénix Power tuvo que dialogar y activar proyectos de responsabilidad social que se derivaron del estudio de impacto ambiental. Córdova explica que por propia iniciativa Fénix ofreció a Chilca entregar agua desalinizada y potable a la población. En ese sentido, otorgará 2.000 metros cúbicos de agua diarios para abastecer los 1.500 litros que requiere el distrito.

Por otra parte, la población ha paralizado la construcción de un tendido de tuberías que llevará agua desde una planta desalinizadora que acaba de construir Enersur (a medio kilómetro del litoral) hasta su planta generadora. La tubería va de este a oeste y cruza por la zona urbana del pueblo. En este caso, un grupo de pobladores mostró su preocupación porque creía que se trataba de una tubería de gas natural. Posteriormente, las exigencias fueron las de participar en la construcción de este proyecto.

Alejandro Prieto, gerente de asuntos corporativos, indica que se ha previsto contratar a los vecinos para que participen en estos trabajos. Enersur requiere agua para utilizarla en la generación de energía y no ha previsto otorgar agua a la población porque esta –según indica la empresa– no es potable.

CONCENTRACIÓN
Una vez que se superen estos problemas y empiecen a operar las cinco plantas que se ubican en Chilca, se convertirá en el corazón energético del país. Sin embargo, la excesiva concentración de energía en esta zona podría poner en riesgo el sistema eléctrico. El ex ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez, indica que si bien se ha formado un núcleo de energía poderoso en Chilca, un posible desabastecimiento o accidente en la tubería de gas natural, que abastece de combustible a las plantas eléctricas, haría que el sistema tenga problemas.

Por ello, explica que es necesario darle seguridad, de ello depende la energía de la mitad del país. Sánchez recuerda que hay un proyecto para construir una planta de regasificación de gas natural licuado en Melchorita que permitiría abastecer a a Chilca en caso surja un desperfecto en la tubería.

“El país perdería por un desabastecimiento cerca de US$700 millones por día. Esta planta tiene un costo de US$500 millones, si se diera alguna emergencia, se recuperaría la inversión en un solo día”, señala.

Ernesto Córdova señala que en el caso de Fénix se ha contemplado un sistema dual gas-diésel, así en caso de emergencia la planta seguirá operando. Por su parte, Huys señala que en las tuberías de gas natural usualmente quedan remanentes que permitirían mantener operativas las plantas por dos días hasta que se solucione algún problema.

Otro problema es cómo se evacuará la energía desde esta zona. Huys señala que felizmente la línea de transmisión Chilca-Zapallal, de 500 kv, permite transportar la energía hacia el norte; pero existirían problemas para evacuar la energía hacia el sur: la línea de transmisión Chilca-Marcona Nueva-Ocoña-Montalvo, que reforzará la interconexión centro sur medio, aún no se concluye.

El gerente general de Kallpa, Javier García Burgos, señala que las condiciones geográficas para construir centrales hidroeléctricas en el sur –sobre todo en Moquegua y Tacna– son difíciles y la llegada del gas natural al sur aún demorará, por lo que la culminación de las líneas de transmisión al sur serán vitales para abastecer esa región.

¿Se puede construir otro nodo energético similar a Chilca? Huys señala que todo dependerá de la demanda. Pro-Inversión estudia la posibilidad de promover la construcción de un nodo energético en Tacna, que incluso podría vender energía eléctrica al norte de Chile. Eso justificaría la demanda para la construcción del gasoducto al sur. En el Gobierno indican que la producción eléctrica masiva sí la haría viable, pero el sur del país no requiere de mucha energía a menos que se exporte. Si no se hace esto, construir otro nodo energético similar al de Chilca sería muy difícil.

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