¡FELIZ DIA A LOS MAESTROS CAÑETANOS QUE HAY MUY POCOS PORQUE LA MAYORIA SON PROFESORES!

Maestros muy pocos conocí en mi vida escolar y posteriormente en la universitaria. De los primeros años rememoro a quien me enseñó a leer en el colegio particular Abraham Valdelomar, la profe Pola - aun cuando temblaba al escuchar su vozarrona-.

En primaría claro a Nestor Vicente y sus dogmáticas clases en el Centro de Varones y aquel izquierdista saludo del puño en alto al entrar cualquier visitante al aula de clases. En secundaría los recuerdos casi estan vacios pues me tocaron profesores de historia, geografía y arte por ejemplo tan cuadriculados y memorísticos que me hicieron odiar el recordar fechas, lugares o denostaron mis gráficos. Otros que en matemáticas se entendían solo a sí mismos aùn cuando nuestra tutora, Eufemia Blas, si fue un pan de Dios pues ante nuestra terca ineptitud con los números nos permitia una y otra vez exámenes de recuperación de conmiseración. Otro que recuerdo es al maestro Mattos de literatura quien recitó si mal no recuerdo el Canto a Tupac Amarú con tal fuerza que me hizo comprender que mi afición a la lectura no era un deleite extraño.

En la pre a aquel que enseñaba lògico matemática a base de humor y me hizo comprender que el mundo de los dìgitos no era tan agresivo como lo había conocido hasta entonces. En la Universidad el panorama mejora puesto que tuve buenos maestros entre ellos a Jorge Salazar que de Dios Goce, un escritor de polendas y reconocimiento nacional, a otro de Relaciones Públicas que era muy teórico pero que despues de años comprendí me daba los rudimentos necesarios para la profesión. Otros, los encargados de enseñarme Teatro y Crítica cinematográfica.

Como se ve, profesores hay muchos, maestros muy pocos, y es a ese reducido número que va nuestro saludo en este especial día.