El tendido de la nueva panamericana Sur que va desde Cerro Azul a Ica ha generado diversas reacciones positivas y negativas en la industria de los servicios turísticos del corredor que conduce hacia nuestra capital turística, Lunahuná, y que comprendía el paso por distritos como San Luis, San Vicente, Imperial y Nuevo Imperial.Los efectos más negativos se ciernen en estos momentos sobretodo en el conglomerado gastrónómico de San Luis, comumente considerado en los planes de ruta como la parada obligada para la degustación de platos criollos. Entre ellos, el restaurante El Piloto, era un atractivo culinario per se. Lamentablemente el desvio del tráfico directamente hacía el sur medio ha mermado profundamente las ventas de los negocios de este añejo distrito y corren rumores que por tales razones El Piloto se trasladaría. Sin embargo aquella capacidad empresarial de sortear la coyuntura no la tienen sus pares menores y naufragarían irremediablemente.
Pero aquello que es un desastre para algunos se convierte en una prometedora ventaja para otro conglomerado gastronómico, el de Nuevo Imperial. Frente a la ermita de la Madre del Amor Hermoso y al colegio Parroquial Menor en los últimos años se inició la apertura de restaurantes campestres y bodegas vitivinícolas muy concurridas.
Es por ende, el momento que el Gobierno Local de dicho distrito tomé la batuta de la planificación turística dotando al conglomerado de infraestructura pública adecuada que propicie el crecimiento de los emprendimiento culinarios, genere organización al interior de los propietarios y promueva la adopción de normas de calidad y atención al servicio a efectos de generar en la zona el tan ansiado y a veces esquivo desarrollo económico a través del turismo.
Algo similar pasó en Pativilca en la provincia de Barranca donde la nueva panamericana, que viene desde Huacho, pasa apartado de esta localidad. Donde también se perjudicó a los restaurantes obligándolos a cambiar de negocio.
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