A 3 años del violento y catastrófico sismo en la zona sur medio del país, los damnificados que suman miles, todavía son atendidos en la reconstrucción de sus viviendas. Existe una indiferencia e incapacidad apremiante en todas las entidades que tienen competencia en estos temas. Desde el gobierno central con su gigantesca entidad para la gestión de desastres como es el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI), pasando por Techo Propio, Forsur, Programa mi Vivienda, el Bono Familiar Habitacional, todos ellos aun han cumplido sus objetivos satisfactoriamente. Y qué decir de los municipios provinciales y locales que andan huérfanos de todo tipo de gestión. No cuentan con un plan de gestión de riesgo, no hay brigadistas de rescates altamente capacitados para afrontar un megadesastre y, menos cuentan con personal capacitados en los Comités de Defensa Civil.
Miles de damnificados que no fueron beneficiados por el promocionado Bono 6000 por diversas razones, hoy cansados de promesas falsas, construyeron ellos mismos sus propias viviendas en el mismo lugar y sin contar con apoyo técnico de Defensa Civil. Si ahora ocurriese un sismo de similares características, miles de viviendas nuevamente serian barridos por las ondas sísmicas y habría otros miles de damnificados que atender. Aquí la política de una vivienda antisísmica jamás se ha implementado.
Se conformaron dos Comités de damnificados del 15 de agosto en San Vicente, pero prácticamente fueron abandonados por las autoridades o fracasaron en sus objetivos de reconstrucción de sus viviendas. Hoy las 2 asociaciones casi no tiene vida orgánica y es urgente replantear su funcionamiento y sus objetivos.
Por todo ello, ahora es de suma importancia estratégica DECLARAR EN EMERGENCIA LA PREVENCION DE LOS DESASTRES NATURALES, en la provincia de Cañete. ¡Porque?. porque, así como están las cosas, si mañana o pasado o cualquier día llega un sismo de gran envergadura o una inundación arrasadora o una pandemia letal, habrían miles de víctimas de los desastres, cientos de miles de soles en pérdidas económicas por daños a la infraestructuras básicas, aumento de plagas y enfermedades, contaminación de aguas etc,etc. Ósea se armaría un caos total. ¿Acaso esto es lo que hay que esperar sentados? ¿Acaso no es vital prevenir que lamentar? ¿Quiénes son los responsables para que esto cambie? ¿Acaso no son los alcaldes, los técnicos o los asesores del ramo que mantienen así las cosas? Si tuviera autoridad, los enviaría a la Siberia a todos estos incapaces que ponen en riesgo la vida y los intereses patrimoniales de la población.
¿Qué es lo que hay que hacer? Declarar en emergencia la prevención, echándole andar la gestión de riesgo de desastres en cada comunidad. Aumentar y priorizar los presupuestos públicos para tareas de prevención en zonas de riesgo. Capacitar a más brigadistas de primeros y de rescate en cada localidad. Reforzar los Comités locales de Defensa Civil. Replantear el organigrama del Comité Provincial de Defensa Civil. Elaborar planes de riesgo y prevención con la comunidad. Prohibir y replantear las nuevas construcciones de viviendas sin criterios antisísmicos. Habilitar un centro especial de asistencia médica para lesionados masivos ante un desastre y muchas cosas más se pueden hacer cuando hay voluntad decidida de sus autoridades. Si no hay nada de esto seguiremos lamentándonos después de otro desastre devastador. Solo esperemos el milagro de la llegada de un nuevo alcalde que se va elegir pueda enfocar una verdadera gestión de riesgo con e4nfasis en la prevención.
13-08-2010
Crisanto Laura Cueva
Ecologista
andesyrios@gmail.com
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