Víctor Andrés García Belaunde pescó un resfriado esta semana. Él, claro, esperaba pescar los votos que le eran necesarios para tentar la presidencia del Congreso, pero no lo logró. Ahora, con las manos vacías, dispara sin cesar contra el aprismo. Es su desquite.
El mensaje presidencial que se viene debe ser el que menos expectativas genera. Alan García ya adelantó que hasta 2010 se han hecho 130 mil obras. ¿No siente que llegan a la sesión del 28 de julio sabiendo el principio y el final de la película?
Yo digo que habría que ver dónde están las obras. Uno entra a la página web de la Presidencia de la República, y de Perú Avanza, y no hay nada. Se habla de 4,000 kilómetros de carreteras nuevas y eso no es verdad. Hablan de equis número de viviendas, de hospitales, de camas, de colegios, pero cuando uno trata de verificar esos datos no se puede, no están. Lo más probable es que estén inflando las cifras.
¿Así que son cifras fantasma?
Son cifras fantasma, mentirosas y demagogas. Por ejemplo, dicen que han llevado luz a millones de peruanos. Perfecto, pero no hay cómo verificarlo. Yo he estado en la provincia de Yauyos, donde han anunciado electrificación, y no hay nada. La pregunta es por qué mienten, por qué nos mienten tanto. Por qué no disgregan las cifras para saber a qué pueblos han ayudado, cuántos habitantes tienen esos pueblos. Así no se puede auditar nada.
Usted habla de la petulancia de García, de que se siente ganador, ¿pero no es la oposición la que le ha dejado el espacio necesario para que desarrolle ese estilo? Digo, nadie en el Congreso ha estado pendiente, punto por punto, de que cumpla sus promesas.
Bueno, es cierto que no hay un partido o un personaje que esté constante y permanentemente siguiendo la obra de García…
¿Qué es lo mejor de estos cuatro años de gobierno?
Lo mejor ha sido que Alan García ha dejado gobernar, se ha vuelto un promotor de la inversión, pero no se ha metido en la economía.
¿Y qué es lo peor que ha pasado?
Yo creo que García no hizo una diferenciación entre el partido y su gobierno. Él ha permitido, no sé si promovido, que las instancias de su partido asalten el poder, y lo han hecho en sectores importantes, como los programas sociales. Y en el tema de la corrupción, García no se ha metido contra los barones de la corrupción, muchos de los cuales están en su propio partido.
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