PLAYAS CAÑETANAS SE EMPIEZAN A LLENAR DE CAMPISTAS DE FIN DE AÑO PERO EXISTEN DEFICIENCIAS

Conforme pasan las horas, los preparativos van en aumento. Ya desde ayer se pudo ver a algunos campistas en las playas del sur de Lima que, sin esperar la última hora, se iban haciendo de un lugar en la extensa arena para recibir el 2010.

La Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra informó que desde la madrugada de mañana y hasta el sábado el oleaje en el litoral peruano será más fuerte e intenso. Sin embargo, a pesar de la advertencia, en las distintas playas que este Diario visitó hasta Cerro Azul (Cañete), las municipalidades no habían colocado banderas que indicaran la bravura del mar. Solo, en el caso de las playas que pertenecen a la jurisdicción de San Antonio de Cañete, personal de la municipalidad recogía la basura acumulada en la zona. Lo mismo se observó en Punta Hermosa y las playas de Asia.

En la ruta de la Panamericana Sur se ubican las típicas playas de campistas en el distrito de San Antonio, en Cañete. En Puerto Viejo (kilómetro 71), los jóvenes de los dos únicos campamentos que había en la zona se fueron ayer de la desolada playa para recibir el año en una fiesta en la casa de algún amigo. “Solo estábamos calentando motores”, dijeron.

Pero la faltade veraneantes no significó la ausencia de salvavidas. El técnico Aurelio Loayza iba paseando por la extensa playa. “Las cosas se ponen más movidas el mismo 31 en la noche, o el 1 de enero en la mañana. Muchos se meten al mar después de haber bebido licor”, contó el salvavidas que ya lleva cuatro años vigilando esta playa a pie porque no cuentan con una caseta de vigilancia.

A ocho kilómetros, en Cerro La Virgen, un grupo de cuarenta personas estaba por llegar para recibir el año en ese lugar. Algunos ya estaban en la playa, alistando las carpas, toldos y sillas. Carlos, uno de los integrantes de este campamento familiar, relató que ya llevan cerca de 15 años pernoctando en esta playa.

Algo similar se vio en la playa León Dormido, donde se instalaron cuatro campamentos, y en La Ensenada y El Rosario (Asia), donde la gente comenzó a llegar de a poco para recibir el 2010 con los brazos abiertos.

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